jueves, 8 de agosto de 2013

Conversaciones IX

Más de estas.

∙∙∙∙∙

-Al final siempre nos amaneció.
-Sip. Amanecer así siempre me recuerda la primera fiesta de graduación a la que fuí. Yo estaba en noveno y tenía un novio en onceavo, después de la fiesta nos fuimos todos a la casa de una chavala de su generación, no era guarera, sino como para seguir celebrando y terminé llegando a mi casa a las 6am en mi vestido elegante y con los zapatos de tacón en la mano, pero feliz. Fue la primera vez que me sentí adulta y dueña de mí misma. No sé, cada vez que veo amanecer me siento más viva.
-Sí, es chiva. Eso que uno está cansado y amanece pero no se quiere dormir.
-¿Que está demasiado cansado para dormir?
-No, que nada más no quiere dormir.
-Ah.

El sofá rojo

Embelesada, boca arriba en el sofá. Tu guitarra vibra en mi pecho, en mis piernas, en mi cabeza. 

He escuchado otros arpegios, pero aquí y ahorita no recuerdo ninguno.

Cierro los ojos, muevo los dedos de los pies, acaricio tu perra que también es músico y está acurrucada conmigo, encima mío. 

El día está soleado, el viento entra por las puertas abiertas y lo refresca todo. Dejo que tu música me caliente el espíritu.