martes, 4 de junio de 2013

Conversaciones VIII

Mis amigos imaginarios y yo conversamos mucho.

∙∙∙∙∙

-¿Y vos cómo has estado?
-Bien.
-No te veo muy convencida.
-No sé. Creo que me hacía falta esto, el contacto, un abrazo. No sentirme completamente desconectada del mundo. Gracias.
-Con gusto, a mí también me hacía falta verte, es lindo.
-Seh.
-Pero contáme qué te pasa.
-Viene mi cumpleaños.
-¡Pero bien! ¿Qué vas a hacer?
-No sé. Ese es el problema. Ya no sé qué siento con mis cumpleaños. Antes siempre fueron importantes para mí, a los de mis compas me gustaba hacerles un bullón porque es el único día del año que uno tiene licencia para ser narcicista y casi nadie se chinea. Pero ahora está muy de moda hacerse el amargado, entonces tampoco me dejan celebrarles un carajo. No sé. Pero realmente desde que soy adulta mis cumpleaños han sido una decepción que empeora progresivamente, empezando porque la auto-celebración me parece triste, uno no debería de tener que planearse su propia fiesta, en mi cabeza alguien en el mundo debería de alegrarse lo suficiente de que uno está vivo para querer celebrarlo. Como cuando uno era chamaco. Pero eso no es así.
-No, mae, no es así.
-Pero debería de serlo.
-Seguro, pero todos nos llevamos chascos. Es un cumpleaños más.
-Yo sé, jueputa sal, pero es que los últimos dos los pasé tan mal. Hace dos años recién se habían muerto mi hermano y mi abuela, y el año pasado, di, vos estabas ahí, vos sabés cómo fue. Y te juro que quisiera como sentarme en la cama, cerrar los ojos y taparme los oídos hasta que ya haya pasado. 
-Claro.
-Entonces estoy decidiendo entre escaparme a la montaña y hacerme la que no es conmigo o tratar por última vez de planear algo y jugármela. Rendirme o decepcionarme. Estoy mamando yo.
-Vení acá, bella. No le des tanta vuelta.

∙∙∙∙∙

-Sos el tercer mae que me dice eso esta semana.
-¿Qué? ¿Que no estoy enamorado?
-Mae, sí. Y me explota la jupa. No me logro imaginar en una relación así como la tuya: larga y estable, sin estar enamorada.
-Di, mae. Esa fue la única vez que me enamoré y me fue bien mal. Y no, mae, uno queda curado. Yo tomé la decisión de no enamorarme nunca más. ¿Para qué? Esta mae me quiere, yo la quiero, nos llevamos bien y respetamos que cada uno tiene lo suyo aparte de lo que tenemos juntos. Así estamos bien. 
-No sé, mae. Las tres veces que me he enamorado las he sufrido todas. Tal vez la primera menos porque la hijueputa que se peló el culo fui yo, pero me dolió mucho cuando se acabó y todavía, más de diez años después, me pesa. Y di, enamorarse puede terminar siendo doloroso pero te juro que yo no imagino vivir el resto de mi vida sin enamorarme por lo menos una vez más.
-Es que no es fácil. Uno queda maleado, es más práctico evitar la vara.
-Yo sé que, sobre todo entre gente de nuestra edad, muchos hemos pasado por divorcios emocionales, es ese puto quiebre que lo deja jodido a uno, que hace que uno deje de creer en algo o en todo, y sos otra persona después de ese comemierda dolor, pero no sé, mae, no sé. Seré idealista, pero creo que cada pareja es una combinación nueva de gente que tiene otras oportunidades de funcionar y hacer las varas distinto. Al chile, si vos pudieras ver mi futuro y me dijeras que no voy a volver a sentirlo, pegáme un tiro.
-Yo no me imagino volviendo a vivir tanta mierda.
-Yo no quiero ni pensar en pasar por otra de esas, pero di, es que en una aprendemos a dejar de enamorarnos estúpidamente y no volvemos a comer mierda. Igual lo vale, aunque sea por la lección aprendida. Lo vale.
-Mínimo sale un texto bien chiva.
-Mínimo.

∙∙∙∙∙

m.


No hay comentarios:

Publicar un comentario