Hay pocas cosas más complicadas de explicar a una persona que no tiene mascotas lo doloroso de perder una.
Yo siempre he sido animalera, de chamaca y adolescente no tenía la menor idea de cómo cuidar una mascota, pero por casa pasaron varias y a todas les tuve mucho cariño. Mi chineado siempre fue Alonso, el salchicha. Por eso cuando decidí que era hora de vivir con un animalito me decidí por otro salchicha y así fue como terminé con Alicia.
Con ella me estrené como dueña y he aprendido montones, por las buenas y las malas. Alicia es mi primogénita, la que tiene más tiempo conmigo y hemos pasado de todo juntas, cuando le salieron canas en la cara la crisis existencial me dio a mí.
Otto Gatto vino después de que Oliver, el gato que mi ex y yo adoptamos juntos, se nos perdiera. Oliver era un muy buen gato negro de ojos amarillos y lo lloramos por varios meses. Yo tardé mas o menos un año en sentir que podía tener a otro gato de nuevo. De ahí el nombre.
Alicia y Otto Gatto son mi familia.