domingo, 8 de julio de 2012

Señor Oficial de Tránsito ¿Qué tal?

Nada como la primera vez que a una le toca decir el conocido: 'nas noches, señor oficial.

La otra noche viene un compa a visitarme, anda en bus y viene de Chepe entonces le ofrezco ir a toparlo a la parada. No debería de manejar sola porque sigo sin hacer el puto examen práctico para la licencia pero es como a kilómetro y medio, realmente no me cuesta nada y he manejado ese tramo mil veces, manda que me jale una torta. 

También necesito ir al cajero por plata entonces aprovecho el viaje y mi compa tiene licencia entonces una vez que me lo topo ando en regla y todo bien. No es nada, cinco minutos a lo mucho.

Pos salgo de la casa y todo tranquilo, he manejado poco de noche y siempre se me olvidan las putas luces. O no las prendo o las dejo prendidas cuando apago el carro. Ay, la principiante. Ese día me acordé a propósito y vamos bien.

Me topo a mi compa que me pega la vacilada de que nunca pensó verme de ese lado del carro y empezamos a ponernos al día, hace ratillo que no nos vemos y hay mucho qué conversar. Entre nosotros hay muchos años de amistad pero nos vemos como tres veces al año y siempre toca la conversada larga.

Nos vamos al super más cercano y rajo parqueando el carro para atrás centradito y perfecto. Pero el cajero del super está apagado. Tsssssssss... Será el cajero del banco, bueh, vamos...

Saliendo del cajero hay dos rutas para ir a mi casa y decido irme por la menos transitada, pasando por el Güinero -les cuento sólo porque me gusta el nombre, el Güinero-. Doblo en la esquina a los cien metros del banco y agarro la calle ancha, hay un par de oficiales de la Fuerza Pública en moto que andan como mosqueando por todo lado, me los he topado tres veces en ese ratico y ya me tienen incómoda, sin tener mucha opción me voy detrás de ellos  y por ir refunfuñando no me fijo que a los ciento cincuenta metros hay operativo -una cuadra antes de la casa de Pollo Macho- y el señor oficial de tránsito me está haciendo señas con el foco para que me orille. Ay, Jesús Cristo, me pasa un frío por la espina. Claro, en eso andan los de la Fuerza Pública buscando a quién sabe quién.

Mi compa tiene la licencia vencida hace años, yo ya sé esto, lo sé desde que sé que tiene licencia. No, lo sé desde que lo conozco. Pero pensé que las probabilidades de que nos pararan eran remoooootas. Ni tan remotas, por lo visto. Me lleva la trampa, me van a hacer parte y no me van a dejar sacar la licencia por dos años y voy a tener que vender el carro y jueputa sal. ¿Ahora qué hago?

El mae me hace señas de que me orille entre dos carros, pero es como si me hubiera pedido que aterrizara un Airbus porque todavía no he aprendido a parquear entre dos carros, o sea... si quería hacerme pasar por conductora experimentada mamé. ¿Dónde estaba este mae cuando llegué al super y me jalé un parqueado para atrás impecable? Uuuysh...

Me quedo como a media calle esperando instrucciones y el mae se me acerca a la ventana y me pregunta por las luces... ¡eso fue! ¡las putas luces! di, no las prendí y como la más bestia le di una razón para detenerme. Nosiesqueavecesmelagano. ¡Argh!

Le pregunto: ¿dónde me orillo? es que ahí no cupe. Y me contesta: bueeeno, sí cabía pero como que no lo logró. Me vaciló ¿será buena señal? a lo mejor es buena señal. Ay, Dios que sea buena señal.

Se va el carro de adelante y me acomodo en su lugar, me pide la licencia y le saco el permiso temporal -que de paso vence el próximo martes. 'chas gracias-. Así que lo examina y se da cuenta de que es, en efecto, un permiso le pide a mi compa su licencia que para rematar no anda con él. Le da la cédula y entre enredos le explica que sí tiene pero que no la anda. El señor oficial se va a investigar y procedo a paniquearme lo más tranquilamente que puedo.

Mi compa trata de distraerme pidiendo que le termine de contar el cuento que le estaba contando, pero mentira que puedo, cada tres o cinco palabras me quedo callada viendo al señor oficial apoyado en la patrulla de atrás con su block de partes y trato de descifrar si está escribiendo en él o no.

De repente a nuestra izquierda se arma un burumbúm. Los de la Fuerza Pública le cortan el paso a un motociclista que anda sin casco y aparentemente ebrio. Les cuento que en Alajuela es como deporte local eso de andar en moto sin casco, yo siempre les agradezco los órganos que amablemente van a donar cuando queden cromados en el asfalto.

La cosa se pone como tensa, los policías le hablan duro, el mae les contesta duro, lo hacen bajado de la moto y se lo llevan sosteniéndole las manos en la espalda. El motociclista y los policías se agarran rápida e intensamente y el mae se va hacia un callejón a la derecha de mi carro reputeando gritado y cagándose en los oficiales -sus palabras, no las mías-.

Mientras tanto a mí los minutos se me hacen eternos, el señor oficial que estaba conmigo le ayuda a los otros a subir la moto del gritón al cajón de la patrulla y yo me pregunto si don señor se habrá olvidado de mí. Me pasan por la cabeza escenas de esas de fugas intrépidas como en las películas y me voy poniendo más y más tensa. Ay, mae, es que creo que me pueden quitar el carro, mae ¿por qué no prendí las reputas luces?

El carro que está parqueado delante mío tiene a su propio señor oficial y anda con cara de mal ride, parece que le va a bajar las placas y el motociclista a mi derecha está llamando a alguien para pedirle ayuda y le grita que está por la Mc de Alajuela, que le quitaron la moto y ni es mía, mae, gritado insolente: ¡que por la Mc, ya le dije!. El oficial delante mío saca el desatornillador y siento cómo mis pocas esperanzas de salvarme se van a la porra, estos maes no perdonan nada. Nadie se va a apiadar de mí. Mierda.

Y que ni se fije mucho que ando la luz derecha de atrás quemada.

Hago recuento mental del escote que ando, de la plata que acabo de sacar del cajero, de la sonrisa Colgate que me puedo echar y el tono que mi querida madre usa en momentos estratégicos, pero no. Es tontera. Yo no creo en los sobornos, la corrupción es la desgracia que corroe a este país y no puedo ser parte de ella. Mierda. Me vuelve a llevar la trampa, ahora con mis principios.

Y veo al señor oficial escribiendo algo en el block de partes y ¿por qué me tuve que venir por acá? ¿cómo putas se me fueron a olvidar las luces? y ¿ahora qué hago? Mierda.

Vuelve el señor oficial, yo calculo que han pasado como unas tres horas desde que le di el permiso, pero tal vez fueron diez minutos. Se acerca a mi ventana y le dice a mi compa: Usted tiene la licencia vencida desde el 2001 -pausa-. Pero usted se salva porque no está manejando -énfasis en usted-. Y tiene mi permiso en la mano, sobre el block de partes. Lo veo tan cerca y tan lejos. Tengo el impulso de agarrarlo, pero no.

Me dice: y usteeeed anda permiso y para manejar requiere de que alguien con licencia la acompañe -pausa-, pero la ley no es clara sobre si la licencia tiene que estar al día. Así que usted también se salvó.

Respiro.

Pero le tengo que hacer el parte por las luces. Pongo cara de susto y regaño y le pregunto: ¿en serio? Se ríe, hace ademán de que me va a pegar un cosco, se ríe y me deja ir.

Digamos que no me pude ir lo suficientemente rápido.

La próxima semana saco la cita, no se puede más con la hüevonada.

m.



2 comentarios:

  1. I thought you were going to get out of it because of the other idiot on the motorcycle... something that happened to me once. But the way this actually happened is even better!

    Sorry you got such a scare! Glad it made you decide to behave, though. ;)

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  2. Sudé y de todo... que espanto. No le des a nadie razones para que te jodan...que te quede re-claro... ;o)

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