miércoles, 29 de junio de 2011

Mis conciertos

Yo nunca fui una buena fan de la música. Nunca he andado detrás de la música vanguardista ni progresiva, a veces ni me doy cuenta de que existen grupos nuevos o tendencias musicales. Fó les puede confirmar, lleva años vacilándome por estar estancada en mi música ochentera y noventera y porque posteo las mismas canciones viejas en facebook. No soy como él que con sólo escuchar una banda nueva les puede hacer la lista de influencias.

He ido a mi par de conciertos, sobreviví el de Aerosmith del '94 que fue mi primer concierto grande y fue legendario más por el miedo de morir aplastados por el tumulto que por la presentación –el audio no era una prioridad en esas épocas–. Todavía me acuerdo de las portadas de los periódicos del día siguiente con fotos de las montañas de cosas que dejaron perdidas: zapatos, gorras, ropa, de todo. Y claro, tratando de salvar la vida a nadie le importa dejar alguna jacket por ahí perdida.

El problema fue que los organizadores no organizaron mucho el asunto de la seguridad, me acuerdo de estar esperando en una de las dos filas en media Sabana y de repente la gente empezó a correr hacia la puerta, nunca supe por qué, pero todos corrimos detrás de los demás y ¡saz! estábamos todos pegados a los portones como ganado. Era tanto lo apretados que estábamos que me acuerdo que podía levantar los dos pies y me quedaba en el aire sostenida por la presión de la gente alrededor mío.

martes, 21 de junio de 2011

Concurso de Cuentos Salchichezcos

Como ya uds saben Alicia es una Dachshund o Salchicha y mi enana y yo somos parte de un grupo de fans de la raza en facebook. No crean, es de las razas más populares que hay, esos enanos orejones son unos divinos, expertos manipuladores emocionales con esa miradilla que usan cuando saben que se portaron mal.

El primer salchicha que tuvimos en mi familia se llamaba Alonso, ya tenía un año cuando lo adoptamos y venía de una pareja que iban a tener su primer hijo y como que les daba miedillo tener bebé y perro en la misma casa. Si hubieran sabido lo pacientes que son con los chiquitos probablemente no habrían regalado a Alonso, pero entonces yo no habría tenido el honor de vivir con ese enano y no me habría enamorado de la raza como lo hice. Después de que Alonso se murió siempre quise tener otro salchicha y  Alicia es mi primera perrita y mi chineada.

sábado, 18 de junio de 2011

Algunas verdades sobre el duelo

Déjenme contarles un secreto que no debería de sorprenderles: casi nadie sabe qué decir ni cómo actuar alrededor de alguien que ha sufrido una pérdida. Hay gente que tiene cierta facilidad para demostrar empatía y solidaridad y que tienen una mejor idea de cómo apoyarlo a uno, pero en realidad son la excepción a la regla. Yo misma siempre me sentí inapropiada a la hora de estar con alguien que pasa por un duelo, y es que nadie nos enseña a decir las palabras correctas o frases efectivas para dar consuelo. Casi todo lo que se nos ocurre es bien trillado o no funciona como uno cree o eso nos parece. Entonces la desgracia de esto es que para que vos sepás cómo actuar es muy probable que tengás que pasar por lo mismo o algo parecido. Y nos quedamos con que nadie sabe hasta que sabe.


Así que voy a contarles un poquito de lo que he aprendido de esta experiencia y a lo mejor se sienten menos chapas a la hora de apapachar a ese compa que la está viendo fea por el dolor.


Lo primero es desengañarse, no existe mejor o peor, no porque es nuestra abuelita y todos sabemos que lo natural es perderla es menos doloroso, no es que si a mi hermano se lo tragó el mar voy a encontrar consuelo en que por lo menos no murió en un bajonazo o un accidente de carro u otra muerte más sin sentido. Ninguna muerte tiene sentido y no se trata de encontrarlo, no creo que exista una mejor forma de perder a alguien, el dolor de perderlo en sí mismo es simplemente insoportable y esa pérdida, de la forma en que sea, es lo peor que nos puede estar pasando.

jueves, 16 de junio de 2011

Tati

Valky fue la primera nieta, ella fue la que le puso Tati. Ya existía una Tita, mi bisabuela, entonces Tati tenía sentido. También había un Tito, mi bisabuelo, que conocí por año y medio, pero mi abuelo murió mucho antes de que ninguno de nosotros fuera ni un plan remoto, así que no iba a haber un Tato. ¿Cómo le dicen mis sobrinos a mi mamá? Pues, Amaxu, que significa abuelita en vasco –influencia de Pedro–. Si llego a tener nietos me pueden decir Tita Meme, pero al paso que vamos quién sabe si los voy a llegar a conocer.

Mi abuelita era una abuelita bastante peculiar. Desde que me acuerdo andaba en carro, siempre un Fiat, con mi bisabuela y con nosotros, citando a Valky, ella era la prueba viviente de que el MOPT no sirve para sacar de las calles a la gente que no debería de conducir. Porque ojo: mi abuelita manejó por 45 años sin sacar la licencia, cada vez que se metía en un problema con otro carro, independientemente de quién tenía la culpa –la mayoría de las veces ella–, le armaba un tanate al otro conductor y más de una vez la escuché decir: seguro ni licencia tiene. Oscar tenía que llegar a arreglar el asunto.