domingo, 20 de febrero de 2011

Mi guía para seguir respirando después de un quiebre

No sé si será por el fin y principio de año que inspira algo en los maes o qué, pero tengo por lo menos cuatro o cinco amigas que en estos meses terminaron su relación y sólo una por decisión propia.

Cuando una amiga -no importa qué tan cercana- pasa por un quiebre hay como un llamado a nivel genético que nos hace apoyarnos inmediatamente. Lo he estado pensando mucho e hice una recopilación de consejos que vienen de mi experiencia o de la de alguien más que quiso compartirlo conmigo para hacerme sentir mejor. Les puedo hablar como mujer de este lado de la relación o del quiebre -aunque he estado también del otro- porque simplemente no pretendo tener la menor idea de cómo funciona la mente masculina, tengo mis teorías y he sido testigo de muchas cosas, pero mejor me limito a lo que sé con un poquito más de certeza. Igual al rato algo de esto les puede servir a los maes.

He cometido suficientes errores en mis relaciones y tantas han fracasado que algo he aprendido de ellas, lo siento por los que han estado del otro lado de estas experiencias que voy a compartir y espero que no se me ofendan pero se acaban de convertir en material didáctico, no se preocupen no voy a dar nombres.

jueves, 10 de febrero de 2011

Creer

Hace rato no escribo, y no es casualidad.

Esta parte después de la tormenta, cuando se supone que las aguas vuelven a su curso y todo vuelve a la normalidad, es la que esta vez me tiene confundida, mejor digamos que desubicada. No sé cuál normalidad, creo que esa va a ser mi batalla esta vez.

No es que no sepa cómo era mi vida antes es que todo es tan diferente desde la última vez que estuve por acá que siento que necesito un mapa, además, esta tormenta fue tan diferente a cualquier otra, nada es igual, ni siquiera yo y menos en lo que creo. ¿En qué creo? Esa es mi otra batalla.