martes, 28 de diciembre de 2010

Fe

Fe en que todo va a salir bien, fe en que todo tiene un propósito aunque no sepa cuál, fe en que tengo las fuerzas para sacarme de cualquier hueco y fe en mi familia que siempre va a apoyarme. Fe en que eventualmente le voy a encontrar el sentido a las pruebas de la vida, fe en mi valor y que no lo determina nadie más. Fe en la bondad humana, fe en la palabra ajena y en las promesas que van a venir -aunque me cueste-. Fe en mi futuro, fe en mi poder de decisión, fe en mi forma de actuar y en que hago mi mejor esfuerzo.

Fe en el amor de Dios y en que tampoco me abandona. Fe en que puedo ser una mejor persona y merecerme a mí misma en lugar de a alguien. Fe en que todo tiene solución, incluído lo que dejé pendiente hace años. Fe en que un dia me saco de la cama sin pensarlo tanto. Fe en que puedo volver a disfrutar lo que siempre me ha hecho feliz y de mi propia compañía. Fe en que hay un momento para cada cosa, incluyendo el dolor y la restauración. Fe en que todo lo que necesito está aquí mismo, ahí donde siento que vive mi alma.

Fe en que todos pueden resolver sus propias inseguridades y no es mi trabajo -que se jodan, para eso está la terapia-. Fe en que la próxima vez que invierta amor lo voy a recibir de vuelta. Fe en que lo que es para mí va a encontrar su camino y en que voy a estar preparada para recibirlo. Fe en la palabra ajena -ya lo dije, pero esa requiere del doble de esfuerzo-. Fe en mí misma y en que ya sé aprender de mis errores.

jueves, 16 de diciembre de 2010

La Honestidad

Qué complicado eso de la honestidad. Entiendo que la diplomacia es importante en ciertos momentos y que es un arte, que a veces tenemos que aprender a usar las palabras adecuadas para no ofender sensibilidades y respetar a alguien o a sus creencias, que la forma en que le entramos a un tema puede cambiar completamente el resultado y hay que ser cuidadoso.

Pero ¿quién dice que hay que dejar la honestidad de lado? No entiendo de dónde sacan que la honestidad es un valor desechable. No es que todo sea blanco y negro, y ahí es donde viene lo complicado de la honestidad. ¿Cuándo está bien ser deshonesto? Y lo pregunto por que a mí también se me enreda eso, según yo nunca, pero alguna vez he sido deshonesta aunque lo detesto y no lo quiero justificar pero nunca ha sido por decisión propia.

Yo a veces soy bien boba con la gente, me paso de confiada y peco de sincera. Creo en el cariño sincero y disfruto poder decirle a los demás lo que pienso de ellos y les ofrezco mi amistad con mucha facilidad, esa es mi naturaleza. Entonces me sorprendo cuando descubro que alguien no me paga con lo mismo, qué cosas más rara, ¿Cuál es la necesidad de engañar a la gente? Mejor no te acercás a ellos, mejor mantenés distancia o cuando descubrís que no querés rodearte de alguien, pues hacés vida y seguís tu rumbo ¿Cuál es la necesidad de hacer daño con cuentos y enredos? No comprendo y nunca lo voy a justificar. Nadie está obligado a mantener una relación personal con nadie, no existe un solo escenario en que se me ocurra que uno t-e-n-g-a que acercarse a nivel personal a alguien.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Un año después

Caracolito ya tiene un año.

¿Qué ha pasado en este año? Qué pereza hacer el recuento. Me senté frente a la compu con la intención de hacer algún tipo de sinopsis de lo que ha pasado en mi vida desde que abrí este blog, pero ya me dio pereza y mejor escribo no sobre lo que me ha pasado si no sobre las cosas que he aprendido este último año.

Aprendí que nada es seguro, que subestimamos muchas muchas cosas en nuestras vidas sin darnos cuenta, especialmente el amor de los demás por nosotros, que nunca recibimos el adecuado reconocimiento por nuestros esfuerzos pero que a veces la satisfacción propia es más que recompensa, y a veces no. Ahora sé que hay amigos que son fugaces pero dejan una huella, que mi familia está en un mejor lugar -igual que yo- y que aunque no llegamos ahí juntos disfrutamos de nuestra compañía ahora y tenemos un orgullo compartido de nuestros hermanos y en lo que cada uno se ha convertido.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Hace cuatro años

Hace cuatro años pasé por una mala época, una racha de cosas y decisiones que me llevaron a un lugar donde simplemente no quería estar. No sé en qué momento pasó o desde cuando empecé a irme en ese hueco pero sí me di cuenta de que tenía que salirme de ahí.

Cuando entré a trabajar en books parecía el brete soñado, mucha plata y nada de responsabilidades, horarios flexibles y no experience required. 'uta ¿Qué hace uno con tanta plata a los 20 años? Pues en la mayoría de los casos, sobre todo cuando uno no creció con excesos sino con muchas limitaciones y nadie le enseñó qué hacer con la plata porque simplemente no había, hacen lo que hice yo: pierden la perspectiva. Los primeros años digamos que la pasé muy bien y jugué de adulta con mi autosuficiencia y libertad, que en realidad era pura capacidad económica disfrazada.

Bueno, cometí mis errores y tomé malas decisiones y ahora aunque no me arrepiento porque me sirvió para crecer como persona y aprender a ser mejor, lo que me duele son las oportunidades desperdiciadas. Más que nada, que pude haberme creado un mejor futuro y resuelto cosas que ahora tengo que ver cómo resuelvo con el doble de esfuerzo en la mitad del tiempo. Pero ¿quién dijo mie'o?