domingo, 26 de septiembre de 2010

Mi amor desproporcionado por los animales

Yo no sé de dónde saqué esta afinidad por las mascotas.  En mi familia siempre tuvimos el ocasional perrito o gatito y hasta la pobre lora que se comió el gato; podía ser un zaguatito que de alguna forma nos adoptó o el perrito de raza que alguien no quería más y mami aceptaba en la casa, pero sí fueron varios los animales que iban y venían.

Que yo recuerde tuvimos una poodle standard chocolate llamada Cleo a la que le dejábamos crecer los colochos de la cara; un gatito rayado amarillo al que le pusimos Crucky porque en la cola tenía un quiebre probablemente de una fractura que le soldó mal; una zaguatita que nos adoptó metiéndose de precarista al jardín, Negrita, y creo que después de ella otra zaguatita llamada Canela.  Las dos tuvieron sus tandas de zaguatitos que cuidamos y les conseguimos hogar, lo que ahora no entiendo es cómo nunca nadie las castró.  También tuvimos los clásicos pollitos teñidos del mercado que no duraban mucho y al final una tanda de pollitos color normal que sí duraron y se hicieron gallinas, nadie tenía idea de qué hacer con tanta gallina en el patio y se las regalamos a mi nana.  Después un conejo llamado Chachi que era feliz comiéndose el zacate del patio; Cuzy, la gatita de Valky que quedó a mi cargo temporalmente mientras ella volvía de NYC (todavía estaría esperando).  Y nadie se puede olvidar de Alonso, el salchicha.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Planeando Boda

Luis y yo nos reconocimos como esa persona casi que desde el principio, pero no hablamos de matrimonio como algo concreto si no hasta febrero del 2008 y lo hablamos con una naturalidad que ya ni me acuerdo cómo fue la conversación.  Como en ese momento no se sabía cuando se iba a resolver la situación migratoria de Valky e iba a poder venir a CR ni nos molestamos en ponerle fecha porque yo sin mi hermana no me caso; y de por sí no precisaba, ya nos encontramos y nadie va para ningún lado, tenemos tooooda la vida por delante para casarnos.

Igual me ilusioné pensando en cosillas, si me están leyendo significa que me conocen y que saben que para mí el planeamiento es igual de entretenido que el evento, sea cual sea.  Así que empecé a tontear con ideas como la locación -¿montaña, playa o campo?-, el vestido -¿tirantes, largo, corte imperio?-, los colores para decorar, el peinado, etc, etc.  Lo que sí me prometí fue que no me iba a convertir en una bridezilla.  Qué tan polo volverse una de esas chavalas que se dejan desquiciar por la boda perfecta y le caen en la yugular a todos por nada y no hablan de otra cosa que no sea la boda.  Ay no, cualquier cosa menos eso.

Bueno, se resolvió lo de Valky y le pusimos fecha: 12 de febrero 2010.  HP decidió no aumentar salarios un año (gracias Mark Hurd) y para no embarcarnos decidimos aplazar un año, nueva fecha: 19 de febrero 2011.  No sé si fue porque de repente faltaba mucho o porque en realidad ya había pensado en todo y tenía cada detalle descifrado en mi cabeza que de repente no volví a pensar en los planes, los pasé al congelador y ahí han estado.