martes, 28 de diciembre de 2010

Fe

Fe en que todo va a salir bien, fe en que todo tiene un propósito aunque no sepa cuál, fe en que tengo las fuerzas para sacarme de cualquier hueco y fe en mi familia que siempre va a apoyarme. Fe en que eventualmente le voy a encontrar el sentido a las pruebas de la vida, fe en mi valor y que no lo determina nadie más. Fe en la bondad humana, fe en la palabra ajena y en las promesas que van a venir -aunque me cueste-. Fe en mi futuro, fe en mi poder de decisión, fe en mi forma de actuar y en que hago mi mejor esfuerzo.

Fe en el amor de Dios y en que tampoco me abandona. Fe en que puedo ser una mejor persona y merecerme a mí misma en lugar de a alguien. Fe en que todo tiene solución, incluído lo que dejé pendiente hace años. Fe en que un dia me saco de la cama sin pensarlo tanto. Fe en que puedo volver a disfrutar lo que siempre me ha hecho feliz y de mi propia compañía. Fe en que hay un momento para cada cosa, incluyendo el dolor y la restauración. Fe en que todo lo que necesito está aquí mismo, ahí donde siento que vive mi alma.

Fe en que todos pueden resolver sus propias inseguridades y no es mi trabajo -que se jodan, para eso está la terapia-. Fe en que la próxima vez que invierta amor lo voy a recibir de vuelta. Fe en que lo que es para mí va a encontrar su camino y en que voy a estar preparada para recibirlo. Fe en la palabra ajena -ya lo dije, pero esa requiere del doble de esfuerzo-. Fe en mí misma y en que ya sé aprender de mis errores.

jueves, 16 de diciembre de 2010

La Honestidad

Qué complicado eso de la honestidad. Entiendo que la diplomacia es importante en ciertos momentos y que es un arte, que a veces tenemos que aprender a usar las palabras adecuadas para no ofender sensibilidades y respetar a alguien o a sus creencias, que la forma en que le entramos a un tema puede cambiar completamente el resultado y hay que ser cuidadoso.

Pero ¿quién dice que hay que dejar la honestidad de lado? No entiendo de dónde sacan que la honestidad es un valor desechable. No es que todo sea blanco y negro, y ahí es donde viene lo complicado de la honestidad. ¿Cuándo está bien ser deshonesto? Y lo pregunto por que a mí también se me enreda eso, según yo nunca, pero alguna vez he sido deshonesta aunque lo detesto y no lo quiero justificar pero nunca ha sido por decisión propia.

Yo a veces soy bien boba con la gente, me paso de confiada y peco de sincera. Creo en el cariño sincero y disfruto poder decirle a los demás lo que pienso de ellos y les ofrezco mi amistad con mucha facilidad, esa es mi naturaleza. Entonces me sorprendo cuando descubro que alguien no me paga con lo mismo, qué cosas más rara, ¿Cuál es la necesidad de engañar a la gente? Mejor no te acercás a ellos, mejor mantenés distancia o cuando descubrís que no querés rodearte de alguien, pues hacés vida y seguís tu rumbo ¿Cuál es la necesidad de hacer daño con cuentos y enredos? No comprendo y nunca lo voy a justificar. Nadie está obligado a mantener una relación personal con nadie, no existe un solo escenario en que se me ocurra que uno t-e-n-g-a que acercarse a nivel personal a alguien.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Un año después

Caracolito ya tiene un año.

¿Qué ha pasado en este año? Qué pereza hacer el recuento. Me senté frente a la compu con la intención de hacer algún tipo de sinopsis de lo que ha pasado en mi vida desde que abrí este blog, pero ya me dio pereza y mejor escribo no sobre lo que me ha pasado si no sobre las cosas que he aprendido este último año.

Aprendí que nada es seguro, que subestimamos muchas muchas cosas en nuestras vidas sin darnos cuenta, especialmente el amor de los demás por nosotros, que nunca recibimos el adecuado reconocimiento por nuestros esfuerzos pero que a veces la satisfacción propia es más que recompensa, y a veces no. Ahora sé que hay amigos que son fugaces pero dejan una huella, que mi familia está en un mejor lugar -igual que yo- y que aunque no llegamos ahí juntos disfrutamos de nuestra compañía ahora y tenemos un orgullo compartido de nuestros hermanos y en lo que cada uno se ha convertido.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Hace cuatro años

Hace cuatro años pasé por una mala época, una racha de cosas y decisiones que me llevaron a un lugar donde simplemente no quería estar. No sé en qué momento pasó o desde cuando empecé a irme en ese hueco pero sí me di cuenta de que tenía que salirme de ahí.

Cuando entré a trabajar en books parecía el brete soñado, mucha plata y nada de responsabilidades, horarios flexibles y no experience required. 'uta ¿Qué hace uno con tanta plata a los 20 años? Pues en la mayoría de los casos, sobre todo cuando uno no creció con excesos sino con muchas limitaciones y nadie le enseñó qué hacer con la plata porque simplemente no había, hacen lo que hice yo: pierden la perspectiva. Los primeros años digamos que la pasé muy bien y jugué de adulta con mi autosuficiencia y libertad, que en realidad era pura capacidad económica disfrazada.

Bueno, cometí mis errores y tomé malas decisiones y ahora aunque no me arrepiento porque me sirvió para crecer como persona y aprender a ser mejor, lo que me duele son las oportunidades desperdiciadas. Más que nada, que pude haberme creado un mejor futuro y resuelto cosas que ahora tengo que ver cómo resuelvo con el doble de esfuerzo en la mitad del tiempo. Pero ¿quién dijo mie'o?

lunes, 22 de noviembre de 2010

Pegada con tape

Luis me terminó hoy. Después de tres años, seis meses y tres semanas de estar juntos, ya no estamos más. No sabe si me ama.

Yo sí sé.

El mundo se me desbarató encima. Lo ví venir pero muy tarde para prepararme, sin tiempo para hacerme la idea o siquiera para abrirle la puerta a la posibilidad de que él y yo podíamos dejar de ser nosotros. No tengo plan b, no era una opción, íbamos a estar juntos porque eso nos prometimos, tal vez no en público frente a un abogado o sacerdote, no lo pusimos en papel pero nos juramos amarnos siempre y que juntos íbamos a poder con todo. Ése era el plan.

Él me iba a cuidar para siempre, se iba a asegurar de que nada malo me pasara.

martes, 16 de noviembre de 2010

Qué mieee'o

El título de este post no es por que me preocupe que se desaten los balazos en la frontera (que sí me preocupa pero no es el motivo), no es porque Ortega quede otra vez en el poder (porque creo que eso podemos darlo por seguro), no es porque todas esas teorías de conspiración se cumplan (que se quieren dejar la isla, que quieren construir un canal con plata iraní, etc etc etc boring boring boring).

Lo que me da miedo es cómo la gente pierde un poquito de su humanidad movida por el nacionalismo y el pensamiento en masa. Todos esos perfiles en facebook con una banderita o una foto del mapa tico, encima con alguna frase como fuera de aquí o Costa Rica se respeta, no estaba segura de por qué me chocaba tanto, pero sí sé que me chocaba a un nivel casi molecular. 

Qué fácil ser nacionalista pegando una calcomanía en el bumper del carro, cambiando el avatar o uniéndose a un grupito pro-ticos de facebook, pero apenas hace unas semanas todos estábamos ofendidos porque nuestra querida presidenta se rehusaba a firmar la declaratoria en contra de la penalización de la homosexualidad, o estábamos indignados porque la misma mujer le hizo guerra a los ambientalistas, el presidente antes que ella declaró la minería de interés público. Ni uno solo de nosotros se sintió muy orgulloso de ser tico ni puso banderitas en sus perfiles en ese momento.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Y no ha parado de llover

Hace dos noches, cuando ya teníamos más de 24 horas de que llovía y llovía me fui a dormir y no tuve esa sensación de qué rico dormir con lluvia sino más bien como con una inquietud rara. No sé por qué pero esa lluvia no tenía cara de traer nada bueno, hasta dejamos a los perrillos durmiendo adentro porque no tuve corazón de dejarlos afuera con este frio, aún con casita bajo techo y eso. No sé, tenía una sensación de fin del mundo que sigo sin poder sacudirme de encima.

Cada vez que hay una tragedia de estas al tico le sale muy bien eso de la solidaridad y es todo un orgullo cómo en cuestión de horas ya hay montadas operaciones de rescate, campañas de recolección de donativos y hasta avatares de facebook.  Pero es una lástima que tenga que suceder una tragedia para manifestarla y en cambio todos los días que vamos por la calle logramos ignorar a los indigentes y chiquitos pidiendo en los semáforos, ni hablar de esos perritos mojándose en la lluvia que no logran atravesar la piel gruesa que sacamos para tolerar vivir en la sociedad de hoy.

Y no para de llover, ayer pareció que ya se había acabado el agua, pero no... no da tregua.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Pleitos de vecinos

Ay, la pereza que dan los problemas vecinales. Yo tengo un vecino (a mi izquierda) que tiene dos hijas adolescentes, estas hijas tienen novios y los novios tienen la mala maña de parquearnos el carro frente a la cochera. Recién pasados lo hacían más seguido, qué cansa'o estar tocándoles la puerta para que muevan el carro. Se les quitó la maña cuando Luis enjachó a uno de los chamacos un fin de semana que las chavalas aprovecharon que los papás no estaban para armar una fiestita y los noviecitos se quedaron a dormir. Por alguna razón que no entiendo el carro de uno de ellos amaneció bloqueando por completo la cochera y nosotros íbamos tarde para el trabajo (pa' variar). Yo hubiera preferido que Luis no los enjachara tan feo y que los güilas entendieran sin enjache, pero bueno, así fue como se dieron las cosas.

Ahora tengo la idea de que los vecinos -papás de las chamacas- no nos quieren mucho y es una lástima porque tener una buena relación con los vecinos es importantísimo. Y se los juro que yo soy buena vecina, si me piden una tacita de azúcar se las doy con muchísimo gusto y hasta les ofrezco el cafecito para acompañar.

Uno nunca sabe cuando va a necesitar de esos vecinos, una vez que Alicia se salió por debajo del portón la vecina (a mi derecha) me la atajó y hasta la metió a la casa y me llamó para avisarme que ahí nos la cuidaba mientras llegábamos. Esta vecina es un amor de persona, siempre nos avisa cuando se va a ir el agua y cosas así. Esta Navidad tengo que llevarle galletitas, mínimo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Esa maldita nostalgia

Esa maldita nostalgia y esa maldita maña de vivir en el pasado. Puedo sentarme a hablar horas de horas de horas del pasado, de mi infancia, de mi familia, de mis amigos, de la escuela y los recuerdos buenos y los confusos. Puedo describirles lo que cada relación en mi vida ha significado para mí, el cambio que generó o el detalle extra que agregó a esta personalidad que desarrollé con tantas experiencias buenas y malas.

Pero es que a veces es tan cansa'o. A veces como que le pesa a uno el corazón de tanto extrañar lo que ya no es, o cuando vemos las relaciones que permanecen pero que dejaron de ser lo que eran y no logramos que vuelvan a ser como en esa época gloriosa en que nos convertimos en una persona significativa para el otro, que éramos un presente y no una nostalgia.

No sé si me explico, tal vez no tenga mucho sentido o tenga todo el sentido del mundo, pero espero que dentro de esta retahíla de madrugada entiendan a qué me refiero. Maldito horario europeo que me puso nostálgica.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Mi amor desproporcionado por los animales

Yo no sé de dónde saqué esta afinidad por las mascotas.  En mi familia siempre tuvimos el ocasional perrito o gatito y hasta la pobre lora que se comió el gato; podía ser un zaguatito que de alguna forma nos adoptó o el perrito de raza que alguien no quería más y mami aceptaba en la casa, pero sí fueron varios los animales que iban y venían.

Que yo recuerde tuvimos una poodle standard chocolate llamada Cleo a la que le dejábamos crecer los colochos de la cara; un gatito rayado amarillo al que le pusimos Crucky porque en la cola tenía un quiebre probablemente de una fractura que le soldó mal; una zaguatita que nos adoptó metiéndose de precarista al jardín, Negrita, y creo que después de ella otra zaguatita llamada Canela.  Las dos tuvieron sus tandas de zaguatitos que cuidamos y les conseguimos hogar, lo que ahora no entiendo es cómo nunca nadie las castró.  También tuvimos los clásicos pollitos teñidos del mercado que no duraban mucho y al final una tanda de pollitos color normal que sí duraron y se hicieron gallinas, nadie tenía idea de qué hacer con tanta gallina en el patio y se las regalamos a mi nana.  Después un conejo llamado Chachi que era feliz comiéndose el zacate del patio; Cuzy, la gatita de Valky que quedó a mi cargo temporalmente mientras ella volvía de NYC (todavía estaría esperando).  Y nadie se puede olvidar de Alonso, el salchicha.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Planeando Boda

Luis y yo nos reconocimos como esa persona casi que desde el principio, pero no hablamos de matrimonio como algo concreto si no hasta febrero del 2008 y lo hablamos con una naturalidad que ya ni me acuerdo cómo fue la conversación.  Como en ese momento no se sabía cuando se iba a resolver la situación migratoria de Valky e iba a poder venir a CR ni nos molestamos en ponerle fecha porque yo sin mi hermana no me caso; y de por sí no precisaba, ya nos encontramos y nadie va para ningún lado, tenemos tooooda la vida por delante para casarnos.

Igual me ilusioné pensando en cosillas, si me están leyendo significa que me conocen y que saben que para mí el planeamiento es igual de entretenido que el evento, sea cual sea.  Así que empecé a tontear con ideas como la locación -¿montaña, playa o campo?-, el vestido -¿tirantes, largo, corte imperio?-, los colores para decorar, el peinado, etc, etc.  Lo que sí me prometí fue que no me iba a convertir en una bridezilla.  Qué tan polo volverse una de esas chavalas que se dejan desquiciar por la boda perfecta y le caen en la yugular a todos por nada y no hablan de otra cosa que no sea la boda.  Ay no, cualquier cosa menos eso.

Bueno, se resolvió lo de Valky y le pusimos fecha: 12 de febrero 2010.  HP decidió no aumentar salarios un año (gracias Mark Hurd) y para no embarcarnos decidimos aplazar un año, nueva fecha: 19 de febrero 2011.  No sé si fue porque de repente faltaba mucho o porque en realidad ya había pensado en todo y tenía cada detalle descifrado en mi cabeza que de repente no volví a pensar en los planes, los pasé al congelador y ahí han estado.

lunes, 2 de agosto de 2010

La triste realidad sobre mi gobierno

Hay pocas cosas más tristes que darse cuenta de que a tu gobierno no le importás un carajo (lo pongo en minúscula porque mi gobierno está lejos de merecerse la mayúscula).  Eso se lo dije a una compa un día de estos cuando se quejó de que se le metieron a robar la casa de la mamá, y me quedé pensando en el tema, sobre todo porque desde que vivo en Alajuela paso por el puente sobre el Río Virilla y me toca quejarme de la platina varias veces al mes, por dicha no es de todos los días como mucha gente que tiene el mal pulso de bretear y vivir en distintos extremos del puente. Yo en cambio sólo paso por ahí cuando voy a visitar a la familia y no siempre tomamos esa ruta.

Pero cuando sí paso por la platina me agarra un hueco en el corazón de acordarme de lo mismo: a mi gobierno no le importo un carajo. Y esa fue la misma sensación que tuve cuando volví de la playa por la famosa pista a Caldera. Ojo que fue solamente porque había caído un árbol que bloqueó por completo la carretera que pasa por el Monte del Aguacate y nos tuvimos que devolver desde San Mateo. Pero esa carretera recién abierta (de nuevo) después de que se le hicieran las correcciones necesarias es una oda a lo poco que le importo a mi gobierno. Caía un aguacero de esos del fin del mundo y se podían ver las cataratas que bajaban por lo taludes, no por los canales que se tenían que haber hecho con ese propósito si no por media pared lavando el material y soltando piedritas y piedritas que algún día van a dejar floja a otra piedrota que va a matar a alguien más, oootra vez. Me entretuve la mitad del camino buscando la casa del pobre señor al que dejaron sin forma de salir a su trabajo y sin servicios públicos, para no darme cuenta si me caía una piedrota que nos partiera la cabeza en mil, dejémonos de cosas: mejor me voy sin darme cuenta. Y sinceramente, me imaginé la bendita pista mucho más grande, no me pareció tan la gran cosa. Útil, sí (porque si no lo acepto Dorian me va a seguir neceando sobre los beneficios de usar esa pista en vez de pasar por el Aguacate que me marea y me hace sentir morir de nausea con tanta curva). Pero por más útil que sea la pistica esa no es adecuada ni es lo que nos merecemos ni es segura para nosotros y voy a seguir desconfiando de ella. Carajo.

jueves, 29 de julio de 2010

Group Therapy

Desde que me cambié a mi actual trabajo en febrero del 2007 me he dado cuenta de que conforme pasan los años hacer amigos no es igual de fácil. Será la dinámica del trabajo que es super diferente a lo que yo estaba acostumbrada en los books o será que ya no tengo 19 años, o que tal vez sobre-estimé mis antiguas amistades; pero en estos tres años y medio me he sentido desubicada por no poder hacer amigos con la misma facilidad de antes.

Compas se hacen en cualquier lado y en cualquier momento, tengo varios con los que he compartido solidariamente algún evento o situación momentánea, pero no sé si realmente pueda decir que alguno de ellos es mi amigo. Espero que sí, pero no lo puedo asegurar con certeza.

A mí me gusta pensar que puedo ser amiga de quien sea y cuando sea, ojalá para siempre (díganme ingeeeeenua). Cuando me acerco a alguien les juro que lo hago con sinceridad. Para mí la amabilidad es una cuestión de modales básicos, no se necesita ser amigo de nadie para regalarle una sonrisa u ofrecerle una mano de ayuda, la amabilidad no cuesta nada y me parece seriamente incivilizado no practicarla, insisto: con lo poco que cuesta y lo mucho que te devuelve.

sábado, 12 de junio de 2010

Mis hermanos y nuestro colocho

Cinco hermanos, sus cinco cónyuges, siete sobrinos y uno en camino, dos papás con sus respectivos cónyuges y mi hermanito hijo del segundo matrimonio de mi papá, ése es mi núcleo familiar. En realidad somos un gentío.

El otro día me dí cuenta de que sueño con tener una mesa lo suficientemente grande para poder sentar a mi familia entera para Navidad, tomando en cuenta que los sobrinos crecen y que Dorian tenga digamos que dos hijos y Luis y yo tengamos dos o tres, esa mesa necesitaría veinticuatro puestos y tendría que medir alrededor de ocho metros de largo. Y no saben el orgullo con que lo digo, suena descabellado y quién sabe si algún día voy a tener la susodicha mesa, obviamente hay soluciones más prácticas para sentar a tanta gente, mi punto no es lo realizable de la bendita mesa, es que somos un gentío y qué chiva sería poder sentarnos todos juntos como cuando desayunábamos en la casa de Guadalupe.

Yo pienso en mis hermanos más de lo que creen y más de lo que ellos sospechan. Sobre todo en estas épocas en que tener tres hijos o más parece una aberración y la gente se espera más para tener menos hijos (yo misma sirvo de ejemplo). Cuando veo familias que sólo tienen dos hijos trato de imaginar lo que debe ser tener un solo hermano y les juro que no lo logro, empezando porque si mis papás sólo hubieran tenido dos hijos no existiríamos Dorian, Rocío y yo como parte de esta familia -tal vez de otra-, pero bueno... pensando en tener un solo hermano... qué raro sería ¿cuál de los cuatro hermanos que tengo sería ese único hermano? No me imagino con sólo uno de ellos, todos somos tan diferentes y todos tenemos una relación tan diferente con cada uno.

lunes, 12 de abril de 2010

Mis Recuerdos de Infancia

Despertarme en el hall de tele con regalos alrededor en el sofá • Dormir todos hechos un colocho en la cama de metal de Valky • Escuchar a Rodolfo el león rugir desde la casa todos los días • La quema de árboles de Navidad cada 6 de enero • El pan con mantequilla y azúcar • Tita enseñándome a pelar papas y yo cortándome la tapita del dedo gordo izquierdo • Esconderme con Rocío debajo de la cama de Tío Quin para molestarlo mientras trataba de dormir la siesta • El palo de limón • Beni contándonos lo último de Keilita, las gemelas y su otra familia • Caminar al México todos los días con Dorian y Rocío • El olor a Estados del equipaje de Tía Mayito cuando volvía de NYC • Los actos cívicos de los Lunes • El Café instantáneo Dorado • Talita pidiéndome que le leyera el periódico y diciéndome que era su tesorito • Ver Miss Universo con Tita sentada en su regazo en la mecedora • Jugar escondido en el barrio • Los Hare Krishna dando vueltas por el barrio cantando Hare Hare Hare Rama Hare Krishna • Aprender a andar 
en bici con cuidado de que no me llevara el tren •  Los Chocks Los Picapiedra • Tita y sus fotos del viaje a Egipto y Tierra Santa • Robarle yemitas del closet a Tita • Nonoi sacándome la lengua y diciéndome que me iba a quedar así cuando le sacaba la lengua de vuelta • Valky marcando con Luis Miguel • Dormir en La Casa de los Siete Ahorcados e investigar el mar de juguetes viejos del segundo piso • El helado de cereza y de dulce de leche de la Heladería el Pibe • El aguacate con azúcar • Los helados de pirucho por el Calderón • Jesucristo Superstar cada Semana Santa • Los ensayos de Má de Aida, Orfeo ed Euridice o el Requiem de Mozart • Jem & the Holograms • El portal enoooooorme de Tía Mayito • El fantasma que asustaba en el segundo piso en Aranjuez • El Kinder de La Salle en Nicaragua • Cahuita con la familia de Pá • El club de amigos de Tricolín • La tarifa de ¢5 del bus de Guadalupe • Las frutitas plásticas llenas de azúcar con sabor a fresa o limón • Las aceras de waffles • Andrés llegando a la casa a raptarme a los cinco años • El arbol de higo y su millón de higos en temporada • Asolearnos chingos-pilingos en el patio • Los pollitos que se compraban vivos en el mercado y que quien sabe por qué no duraban nada pero que una vez sí llegaron a gallinotas (y no sabíamos qué hacer con ellas) • El Fiat 850 Familiare blanco de Tati que después fue azul perlado y que dejaba irse rodado en neutro cuando llegábamos a la línea del tren • Rainbow bright • Cuando chunchito se varó en la Plaza de la Revolución y yo con miedo porque pensé que una grúa era como un robot que se llevaba el carro en la mano • Aprender por primera vez sobre el diablo en Nicaragua y pensar que era algún tipo de fantasma • Comer limón dulce en el patio de Tati mientras me secaba el pelo al sol • Levantarme de la cama a medianoche y encontrar a mis papás jugando Rum 500 (por dicha) • El arbusto de frambuesas de Tati • Alonso comiendo la pata del pavo • Tita haciendo el pavo y el relleno en Navidad • Decir mil veces Jesús el día de Jesús • Cuando cambiaron el cielorraso de afuera y cayó ceniza que soltó el Irazú en el '63 • Mami cantándome Caracolito y Duerme, duerme negrito • Tita explicándome que los bebés antes de nacer son angelitos y cuando uno se muere se va al cielo • Abuela Doris contándonos que en algún lugar excavaron una mina tan profunda que grabaron los lamentos del infierno • Tía Mayito y su eterna tortura de chayote -tortura para mí- •  El piso de piedras de río del patio de atrás • Tener miedo de ir al tendedero de ropa de noche • Cuando Tita se quebró la nariz y perdió el olfato • Los Walkmans rosados de Barbie de Rocío y mío • Las pijamas rojas y de periódico • Las cenas de Navidad con Tita a la cabecera • Los partidos de basket de Valky • Hacer concursos de dibujo entre Rocío y yo con Mami de juez y enojarme porque claramente yo dibujaba mejor • Mami diciendo colocho-colocho cuando íbamos a cruzar la calle • Desfilar el 15 de Setiembre con la banda del México • Saberme el himno de México • Cuando era seguro ir a  pedir confites en Halloween • Tocar violín • Cuando yo era más alta que Rocío • El cumpleaños 81 de Tita -Valky cumplió 18 ese año- • Varito y su rifle de copas • Dorian haciéndome cosquillas y yo mordiéndolo -creando sin querer dos fobias que todavía tenemos- • Los mil zaguates que tuvimos en la casa • El arbusto de Camelias de Tita y el rosal de Tito • El perezoso que se escapaba del Bolívar guindando de la ventana de la cocina • Las clases de arcilla de Rocío y mías donde hacíamos caracolitos y vacijitas chuecas • Dorian mordido por un mono • Mi camisa de Coca-Cola que decía psssssssssst! • La U Paz • Aprender a amarrarme los cordones de los zapatos • El mousse de chocolate de Jacque • El papel tapiz del cuarto de Valky • Ver las Profesías con Papi porque le daba miedo verlas solo • El baño de Quin • Los árboles de corcho de Otoya • Colonia del Río • El café con cubitos de queso en el fondo • Papi tocando guitarra en las reuniones familiares en Aranjuez • Cambiar de canal con un alicate porque la perilla de la tele se había caído • El horario de a quién le tocaba la tele para no matarnos • El Atari que sacó de quicio a Má • Los LPs de The Beatles de Pá •


Y podría seguir y seguir.

m.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Mi tradición de Semana Santa

Semana Santa significa diferentes cosas para todos nosotros.

Para los que viven una vida de fe representa una época de reflexión y de sacrificio por el sacrificio que se hizo por nosotros. Para los no tan religiosos es solamente es una semana de vacaciones en medio del año laboral o lectivo, que se tiene que aprovechar yendo a la playa o de fiesta -o ambas-. Y estamos los tibios a los que Semana Santa nos pone a pensar pero no vamos a procesiones ni a misa siquiera.

No es secreto que la mayor parte de mi vida he sido agnóstica y que en mi edad adulta aprendí el valor de la fe, lo aprendí de tantas formas diferentes pero más que nada porque la ausencia de fe mientras crecía me dejó un hueco muy raro que todavía no sé ni explicar muy bien. No es que me criaron lejos de Dios, en realidad mi mamá es una persona muy espiritual, nada más no tan religiosa como mi abuela o bisuabuela, que fueron las que me enseñaron a rezar y sobre la Biblia que siempre vi como un libro de cuentos muy lindo e interesante. Cuando aprendí a leer me leí todo lo que me encontré en la casa y en una de esas se me metió la idea en la cabeza de que me iba a leer la Biblia entera... como se imaginarán me aburrí por ahí del Éxodo. Bueno, pero el Génesis me encantó.

viernes, 19 de febrero de 2010

Luis-cito

Algunos anduvimos por la vida con una sensación de desplazamiento, como que no es nuestra vida la que vivimos sino que la estamos viendo desde afuera, como si fuera una película de fin de semana que pescamos en la tele. No le pasa a todos, algunos de ustedes habrán nacido bien ubicaditos y con un norte bien claro.

Yo no, yo ví mi vida por tele unos buenos años (on & off). Siempre preguntándome qué me tocará, qué iré a escoger sin querer y qué escogeré sabiendo bien en lo que me meto. Pero lo que siempre me dio miedo -no, miedo no: pavor- era el resultado final, tomar alguna de esas decisiones que le cambian la vida a uno sin darme cuenta y ¡saz! veinte años después resulta ser que me quedé solterona o me alejé de lo que quería para mi futura yo o no aproveché una oportunidad que me habría hecho el futuro mucho más sencillo.

La desición más difícil de tomar es probablemente la que sabemos que le va a afectar a los demás y que no es solamente uno el que corre el riesgo de irse confiadamente con todo. Esa gran desición en mi libro siempre ha sido el saber escoger el padre de mis futuros hijos. Tal vez no sea así para todos, pero en mi mundo la mamá es responsable del papá que le asigna a sus hijos y en caso de que este falle con su importantísimo papel es también su deber salvaguardar a los enanos que no tienen culpa del papá que les fue asignado, si no ayuda que no estorbe. Pero ojo, que quede claro que sigue siendo responsabilidad del papá el ser un buen papá, tampoco se pueden quitar el tiro.

lunes, 25 de enero de 2010

Mi mamá (y la tuya)


Como no tengo hijos no tengo la menor idea de cómo es ese asunto de ser mamá (aunque a veces piense que sí), pero sí puedo hablar de la experiencia de tener una mamá. Todos tenemos una porque viene con el ombligo y déjenme desengañarlos un poquito: no existe la mamá perfecta, existe la mamá que nos tocó y punto. Yo sé que suena muy obvio, y lo es para algunos de nosotros, pero aunque parece mentira para muchos, incluso entrados en sus treinta-y-pico, esa conclusión no es tan clara ni cercana.

Mi mamá como todas es un poquito complicadita, adquirió el título muy joven y no tenía la menor idea de qué estaba haciendo, ella solita se invitó a jugar de casita dizque porque siempre quiso tener una familia grande. Y claro, a los 18 ese siempre no es un periodo razonablemente largo por lo que no creo que haya pensado en los detalles, o en la realidad para el caso.

miércoles, 6 de enero de 2010

Alicia y el Mar

Desde que yo me acuerdo las Navidades se pasaban en familia y los 31s cada quien por su lado, tratando de hacer memoria me cayó la peseta que cuando mis papás estaban casados el 31 lo pasábamos con la familia de mi papá... ¡por eeeeeeso era! Como después del divorcio algunos de mis hermanos nos distanciamos un poco de la familia de mi papá entonces como que nos quedó la fecha libre para cada quien pasarla con sus amigos, respectivas parejas o lo que se nos ocurriera.

Agreguémosle que yo siempre trabajé esas fechas y no tenía chance como para irme de paseo o planear nada muy elaborado porque a veces salía tarde y nada, pasaron los años y mis hermanos y yo no pasábamos el 31 juntos.

Este fin de año como que el universo se alineó y pasamos no sólo el 31 sino la última semana del año juntos, nos salió una casita (casota) en el puerto y nos fuimos mi mamá, todo mi colocho de hermanos, sus respectivos cónyuges y sus hijos. Catorce en total.