Fe en que todo va a salir bien, fe en que todo tiene un propósito aunque no sepa cuál, fe en que tengo las fuerzas para sacarme de cualquier hueco y fe en mi familia que siempre va a apoyarme. Fe en que eventualmente le voy a encontrar el sentido a las pruebas de la vida, fe en mi valor y que no lo determina nadie más. Fe en la bondad humana, fe en la palabra ajena y en las promesas que van a venir -aunque me cueste-. Fe en mi futuro, fe en mi poder de decisión, fe en mi forma de actuar y en que hago mi mejor esfuerzo.
Fe en el amor de Dios y en que tampoco me abandona. Fe en que puedo ser una mejor persona y merecerme a mí misma en lugar de a alguien. Fe en que todo tiene solución, incluído lo que dejé pendiente hace años. Fe en que un dia me saco de la cama sin pensarlo tanto. Fe en que puedo volver a disfrutar lo que siempre me ha hecho feliz y de mi propia compañía. Fe en que hay un momento para cada cosa, incluyendo el dolor y la restauración. Fe en que todo lo que necesito está aquí mismo, ahí donde siento que vive mi alma.
Fe en que todos pueden resolver sus propias inseguridades y no es mi trabajo -que se jodan, para eso está la terapia-. Fe en que la próxima vez que invierta amor lo voy a recibir de vuelta. Fe en que lo que es para mí va a encontrar su camino y en que voy a estar preparada para recibirlo. Fe en la palabra ajena -ya lo dije, pero esa requiere del doble de esfuerzo-. Fe en mí misma y en que ya sé aprender de mis errores.